¿La Guadua es un Árbol? Ciencia vs Política
Científicamente hablando, la Guadua es sin duda una gramínea, pero en términos de legislación, la Guadua a menudo se clasifica como un árbol. Aunque algunas especies de bambú gigante pueden parecer árboles debido a su gran tamaño, es muy importante que el bambú se clasifique correctamente para evitar importantes implicaciones legales, económicas y ambientales.
¿Hierba o Árbol?: ¡Los Hechos Científicos!
Un bosque mixto con guadua y árboles
Foto de: Stéphane Schröder © www.guaduabambu.com.co
La Guadua es un género de bambú que pertenece a la subfamilia Bambusoideae de la familia de las gramíneas perennes Poaceae (Gramineae). De todos los pastos, el bambú es el más grande y el único que puede diversificarse en un bosque.
Aunque el bambú es una hierba, muchas de las especies de bambú leñosos más grandes (como la Guadua) tienen un aspecto muy parecido a un árbol y, a menudo, se les llama "árboles de bambú". Sin embargo, existen algunas diferencias esenciales entre pastos y árboles:
Como todas las hierbas, los tallos de bambú (culmos) son esencialmente huecos. El grosor de la pared del culmo puede variar de delgado a casi sólido según la especie, las condiciones de crecimiento y parte del culmo (base, medio, parte superior).
Los bambúes carecen de una capa de cambium vascular y de células de meristemo en sus tallos. El cambium vascular debajo de la corteza hace que los árboles aumenten continuamente de diámetro a lo largo de los años, mientras que las células del meristemo hacen que un árbol crezca más alto cada año. Los bambúes, sin embargo, no aumentan de diámetro o altura a medida que envejecen. Un solo culmo de bambú alcanza su altura y diámetro completos en solo una temporada de crecimiento. Luego persiste durante varios años, aumentando gradualmente el número de ramas laterales y ramillas, hasta que muere.
Los bambúes no tienen corteza, tienen hojas protectoras alrededor del culmo (hojas caulinares) en sus primeras etapas de desarrollo.
Todos los árboles tienen una cosa que los separa del resto del mundo vegetal: un tallo leñoso que vive muchos años. El bambú, por otro lado, no tiene un solo tallo, sino muchos. Una planta de bambú produce continuamente nuevos tallos perennes a partir de su sistema de raíces subterráneas año tras año.
La Importancia de la Guadua como Árbol para los Gobiernos
En muchos países donde existen grandes especies de bambú tropical de forma nativa, estos se consideran legalmente árboles y, por lo tanto, están sujetos a las estrictas regulaciones de su departamento forestal. Esto significa que a los agricultores a menudo se les prohíbe cosechar y transportar bambú sin los permisos adecuados (y, por supuesto, los pagos).
En algunos países donde el bambú se considera un árbol o madera, a veces se subasta a grandes y poderosas industrias de papel y celulosa a precios desechables. Los departamentos forestales dirán oficialmente que estos controles son necesarios para proteger los bosques, pero en realidad, es una forma de controlar, vender y sacar provecho del bambú.
En otros países donde el bambú se considera una hierba, a menudo se clasifica como producto forestal menor y las personas tienen derecho a cortar y vender cañas de bambú o fabricar productos de valor agregado.
Legislación en Colombia
En Colombia, también está prohibido cosechar o transportar la Guadua sin un permiso. Hay muchos agricultores y empresarios que se quejan porque de acuerdo con esta legislación, cualquier persona que tenga Guadua en su propiedad y quiera cosecharlo debe acercarse a la corporación regional de su área y solicitar un permiso de cosecha. El proceso de obtención de dicho permiso suele llevar meses.
La Policía detiene la cosecha “ilegal” de Guadua en Colombia.
Fuente: Corporación Autónoma Regional del Quindío
En 1974, Colombia fue pionera en la región en el tema de la protección de sus recursos naturales. En ese momento, se sabía poco sobre los ciclos de floración de la Guadua, su comportamiento y su dinámica de reproducción. Pocas personas conocían la altísima capacidad de renovación de este recurso excepcional. Existía la falsa creencia de que cuando la Guadua florece muere, y es entonces cuando la especie entra dentro de esa ley.
En Colombia, la Guadua se considera un recurso forestal no maderable. Para que un agricultor coseche su Guadua, debe contratar a un ingeniero forestal para que inspeccione el Guadual y haga un inventario detallado de los tallos actuales. Una vez presentado, certificado y pagado el estudio de plantación ante las autoridades locales, el propietario de la finca puede solicitar un permiso de cosecha para cortar hasta el 20% de la cantidad total de culmos. Los agentes gubernamentales oficiales supervisan las prácticas de cosecha para evitar daños potenciales al ecosistema y asegurarse de que se gestione de manera sostenible. Como resultado, todo el proceso es lento, costoso y engorroso para el propietario.
El 98% de los Guaduales en Colombia son bosques naturales y solo el 2% están plantados. El temor es que si las personas tienen la libertad de cosechar Guadua, dañarán las cuencas hidrográficas y los bosques donde se encuentra la Guadua de forma natural. Pero la ley actual tiene el efecto contrario. Lo que está pasando es que algunas personas están erradicando la Guadua de sus propiedades ilegalmente para realizar otros cultivos agrícolas que pueden administrar libremente y que no requieren permisos complicados y costosos.
Las autoridades ambientales son conscientes de que el proteccionismo excesivo produce ilegalidad y corrupción. La protección de los árboles y los bosques es, por supuesto, crucial para el medio ambiente y para el futuro de nuestro planeta. Pero la conservación exitosa de los bosques también requiere beneficios productivos sostenibles. El desafío es utilizar la Guadua con prudencia y también plantar más en áreas deforestadas. La Guadua no debe tratarse como un recurso forestal sino como un recurso agrícola. De esta manera, más agricultores cultivarán y gestionarán las plantaciones de Guadua, lo que beneficiaría enormemente al medio ambiente y la economía.
